viernes, 17 de abril de 2015

EL ARTE MUSICAL COMO REFLEJO DE LA REALIDAD



Con el fin de otorgar significatividad a la acción contemplativa del espectador puede ser de gran ayuda una disertación inicial en torno a la labor del artista como creador y mediador de realidades, de la cual deviene un cierto número de relaciones que representan así mismo realidades presentes en nuestro entorno y en la misma naturaleza humana. Esta disertación también tiene el objetivo de ofrecer los criterios sobre los cuales la música ha sido valorada de distintas maneras a través de la historia humana, así como también ofrece una respuesta objetiva a cerca de el papel que ha estado cumpliendo la música erudita en la sociedad actual.

A lo largo de la historia humana, distintas sociedades le han concedido un lugar especial a la música debido a los efectos que la música puede llegar producir a nivel emocional. Esto se debe a que la música, ya sea vocal o instrumental contiene una propiedad única que la hace distinta de las demás artes, la cual le confiere una fuerza única para comunicar su contenido. Esta fuerza radica en tres relaciones cosmológicas:

El sonido y el universo, la música y la conciencia, la música y los sentimientos.

1. El sonido y el universo. La música nos refleja constantes universales tan solo al contemplar su unidad elemental: el sonido, objeto de estudio tanto por la física mecánica fundamentada en las primeras investigaciones científicas de Isaac Newton en el siglo XVI, como por la reciente física cuántica sustentada por Albert Einstein a inicios del siglo XX. Estas dos grandes vertientes de la física han concluido que el sonido es una onda sinusoidal que se propaga tridimensionalmente a través de un medio elástico como la materia y la atmósfera. Este principio permite que la onda se transmita entre las moléculas y partículas que hacen parte del medio elástico creando un efecto dominó de trayectoria infinita; incluso cuando el sonido se propaga en la atmósfera terrestre éste siempre saldrá al espacio siguiendo su curso. Aun fuera de la atmósfera sigue proyectándose dado que el espacio exterior también se encuentra compuesto de moléculas aunque se encuentren muy separadas. De esta manera encontramos reflejado en el sonido una constante en el universo: la elasticidad, principio que nos hace pensar en un cosmos continuo[1].

No obstante, las leyes que se cumplen en el mundo de lo perceptible, estudiado por la mecánica clásica, no tienen aplicación en el mundo de lo imperceptible estudiado desde 1920 por la mecánica cuántica. La mínima expresión de la materia, el Quartz, no se constituye como tal, sino que cambia su naturaleza espacio-gravitacional por la de hilos de energía vibrante. Esta observación nos sumerge en la pregunta metafísica: ¿qué somos? Lo que perciben nuestros sentidos no es una realidad perfecta y absoluta, es por esto que  nuestra conciencia llega a concebir el universo como un holograma decodificado por nuestro cerebro[2].
Inspirado por estas observaciones Pitágoras concibió el concepto de cosmos como el conjunto de leyes armónicas que rigen el mundo de lo perceptible propenso a ser decodificado mediante números, de la misma manera que otras  civilizaciones antiguas como los sumerios y babilonios, incluidas las de nuestros ancestros suramericanos, las cuales también consideraron la música como uno de los ejes centrales de la cosmogonía y la metafísica de su doctrina religiosa y política[3].  

Ahora bien, si el sonido hace parte de las leyes de la naturaleza, ¿de qué manera la subjetividad de la conciencia humana que controla las emociones está relacionada con las leyes que constituyen la armonía en el universo?

2. La música y la conciencia. La elaboración de un recital didáctico como el presente requiere un gran despliegue cognitivo tanto para efectuar los análisis de cada una de las obras y ofrecer algunos detalles sobre los ideales de la época en que fueron escritas como para efectuar la interpretación musical de cada una de estas obras. Con el propósito de resaltar solo los aspectos más importantes de la relación entre música y conciencia se procede a delimitar el concepto de conciencia: ¿Qué es la conciencia?, y ¿cuál es su lógica de operación?. La filosofìa y la ciencia han buscado resolver estos dos interrogantes durante toda su historia.

Actualmente existen varios paradigmas científicos que han estudiado con suma profundidad el mecanismo en que opera la conciencia. Jean Piaget, el psicólogo que fundamentó la epistemología genética y la psicología evolutiva, definió la conciencia como artífice de la realidad que opera mediante un proceso al cual llamó equilibración. Aunque el objetivo de este discurso no es profundizar en el objeto de estudio de la epistemología genética la cual tiene como horizonte el estudio del incremento del conocimiento objetivo partiendo de su mínima expresión hasta configurar los paradigmas científicos actuales, es pertinente a esta disertación exponer la idea principal de su teoría sobre la construcción de la realidad.

En un documental realizado en Ginebra, Suiza, en 1977 el científico expresó: “El conocimiento no está preformado ni en el objeto ni en el sujeto, es una continua construcción y reconstrucción de la realidad llevada a cabo por la consciencia a través de determinadas operaciones lógicas sobre el objeto de estudio[4].

No está de más saber que algunas de las ideas centrales de este planteamiento fueron expuestas por el mismo Platón en El Símil de la línea[5], hacia el año  370 a. C.  Así mismo, El mito de la caverna, que se encuentra en la misma obra, es una de las primeras hipótesis que sustenta la lógica mediante la cual opera la conciencia. Este mito propone que el hombre, en su sentido más existencialista, el cual sólo se preocupa por sobreponerse a las exigencias del medio, difícilmente puede construir estructuras a partir de las representaciones que dan cuenta de la realidad, puesto que sólo se ocupa de la solución inmediata a los fenómenos que le afectan.

Desde este punto de vista, todo lo que el hombre hoy ha logrado a nivel científico, los inconmensurables hallazgos que han dado como resultado el sistema de vida en el cual estamos inmersos, han sido el resultado de su constante búsqueda en la naturaleza, la cual le ha provisto en un primer momento de ideas aisladas. De estas ideas, al ser relacionadas con observaciones que conllevan procesos sistematizados hacia el objeto de conocimiento, se infieren conceptos que luego son contrastados, hasta el punto en que la gran cantidad de esquemas conceptuales develan leyes universales.

Siguiendo con el proceso filosófico de aclaración, el aspecto que dimensiona la relación de la música con la conciencia radica en el hecho de que finalmente la música, en su máxima expresión, es el resultado de la observación autoconsciente ante el sonido del mismo modo que lo es la tecnología. En otras palabras, de la misma manera que la tecnología y las técnicas de enseñanza-aprendizaje, como las que sustenta el Constructivismo, han sido el producto de investigaciones que han perdurado por décadas, así mismo lo fueron las técnicas interpretativas, compositivas, los materiales y mecanismos que constituyen los instrumentos musicales, los componentes gramaticales propios del lenguaje musical que facilitan su aprehensión teórica y las teorías que facilitan su aprendizaje, entre otros aspectos concernientes a la música.

Ahora bien, todos estos intentos por hacer de la música un lenguaje cada vez más expresivo han ido configurando estructuras que le otorgan una semanticidad especial al lenguaje musical. Esta semanticidad, presente en toda obra musical, se evidencia claramente en la obra  Rondo Capriccioso en mi menor, Op. 14 de Felix Mendelssohn. Esta obra puede representar una razonable estructura narrativa en la cual se aprecia, en su primera sección, un preámbulo sublime a una situación enérgica esbozada en el rondó de carácter virtuoso, el cual narra ciertas escenas tanto dramáticas como líricas las cuales desembocan en un final profundamente  dramático.

Este atisbo de semanticidad característico del lenguaje musical fue considerado por músicos eruditos como Carl Philipp Emmanuel Bach para representar una razonable estructura narrativa, bien articulada y suficientemente compleja configurando, de esta manera, una de las formas musicales más elocuentes de la historia de la música: La sonata.

Esta forma musical, es la primera que encarna una estructura narrativa muy similar a la novela moderna, en la cual existe una primera exposición del tema principal de la obra, luego existe un desarrollo para finalmente volver sobre la primera exposición (reexposición) y ofrecer un final a la historia[6]. Es necesario recordar que los ideales musicales de la famosa Camerata Fiorentina* en la Italia de finales del s. XVI[7] también influyeron en la configuración de esta nueva forma musical.

Todas estas connotaciones circundantes a la actividad musical definitivamente le otorgan a la música un gran contenido cognoscitivo, como de igual manera lo tienen las matemáticas, el lenguaje, la sociología, etc.

3. La música y los sentimientos. Dimensionada someramente la relación entre la conciencia como constructora de la realidad y la música, es tiempo de contemplar la relación entre la música y las sensaciones que experimenta el oyente en la audición de una obra instrumental.

A lo largo de nuestra existencia podemos notar que nuestra conciencia buscará equilibrarse de manera inconsciente. Si observamos a los niños, ellos siempre buscarán participar de un juego en particular, o de una ronda, para hallar cierto grado de placer, o tan solo unos instantes para imitar el mundo que le rodea. Èsta es, por cierto, una de las actividades que más le permite reconocer el papel que cumple en la sociedad, ya que al imitar por ejemplo el rol que cumple su propia mamá o su papá en el núcleo familiar, está reconociendo como es él mismo, como se comportaría en otro contexto, además de reflexionar sobre lo que le haría falta para llegar a ser como otras personas. 

De manera similar, el adulto busca espacios como los que brindan los diferentes estilos de música para hacerlo, ya que una de las características esenciales del hombre es precisamente identificar su naturaleza humana, sus virtudes, sus habilidades y debilidades en lo que le rodea[8]. De esta manera, la conciencia busca equilibrarse de manera inconsciente.

Ahora bien, no todo lo que el hombre determine realizar es producto de una reflexión de su propia conciencia, ya que èsta se encuentra ligada a los sentimientos, estas respuestas emocionales pueden llegar a silenciarla.  

Según Eduard Punset, divulgador científico oficial de las neurociencias contemporáneas, la conciencia, además de efectuar procesos cognitivos, también es afectada por una serie de respuestas inconscientes que provienen en gran parte del sistema nervioso cuando recibe determinado estímulo externo[9].

Toda la información que decodifica nuestro cerebro, a partir de lo que perciben nuestros sentidos, de manera instantánea tiene una determinada respuesta emocional originada inconscientemente por nuestro sistema límbico, que es el encargado de elaborar las respuestas emocionales somáticamente. Cada sonoridad, ya sea simplemente de tipo interválico o más elaborada como una progresión melódica o armónica, puede resultarnos en mayor o menor medida alegre, triste, sublime, equilibrada, desequilibrada, etc. Esto quiere decir que este sistema es el más afectado en la audición de cierta música instrumental.

Una de las conclusiones de todo lo que se ha expuesto hasta el momento sobre esta relación es el hecho de clasificar la música en dos grandes vertientes: una que satisface en mayor medida nuestras emociones, y otra que la disfruta más nuestro intelecto. En cualquiera de los dos casos puede llegar a ocurrir una anhelada pérdida de la conciencia de sí, de la misma manera que la experimentamos en el juego. Por eso sería absurdo pensar que una persona sienta el mismo deseo de bailar mientras escucha una sonata clásica que mientras escucha un instrumental de salsa cubana, por ejemplo.

Una de las investigaciones científicas que comprueban los efectos de la músca sobre los sentimientos fue realizada en varias mujeres en estado embarazo. Ellas, desde sus primeros días de gestación debìan acercar a su vientre reproductores de música erudita tonal. Los resultados se hicieron notar después de que cada niño cumpliera cinco años de edad: estos niños eran más atentos y reflexivos que los niños que no lo hicieron[10].

Estos efectos de la música sobre la conducta también habían sido considerados por los filósofos griegos. Es por esto que en el concepto de Estado propuesto por Platón se incluye la actividad artística musical, concebida, más que como una actividad hedonista, como factor esencial en el desarrollo ético y cognoscitivo del civita (ciudadano), de la cual el estado debía preocuparse por regular. 

El pensamiento de Breton ilustró este dualismo (conciencia-sentimientos) al referirse al contenido que encierra una obra artística basándose en el planteamiento de Hegel:

“El objeto de arte se encuentra en un lugar intermedio entre lo sensible y lo racional, el objeto de arte es algo de naturaleza espiritual que reviste apariencias materiales, el arte y la poesía crean en tanto se dirigen a los sentimientos o a la imaginación un mundo de sombras, de fantasmas, de representaciones ficticias, y no cabe, basándonos en tal hecho, acusarles de ser impotentes para producir algo que no sea formas sin contenido”[11].


Este ha sido el foco de discusión que en cada época estilística ha sufrido grandes sismas en torno a la interpretación del contenido de la música y seguirá siéndolo en la interpretación externa de cada una de las obras a interpretar.








[1] Discovery Channel. Teoria de la relatividad y la mecanica cuantica [video]. 2010. Recuperado el 12 de Juio de 2014. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=tTfGktuJ_5s
[2] Discovery Channel. Teoria de la relatividad y la mecanica cuantica [video]. 2010. Recuperado el 12 de Juio de 2014. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=tTfGktuJ_5s
[3] Fubini, E.  La estética musical desde la antigüedad hasta el siglo XX. Madrid: Alianza Música. 2005. P.57
[4] Yale University design estudio. Piaget explica a Piaget [video]. 2010. Recuperado el 12 de Juio de 2014. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=NuDjscvqE08
[5] PLATÓN, República, Libro VI, 504 e - 511 e; Libro VII 514a-517c (Trad. C.Eggers Lan). Madrid, Gredos, 1992, pp. 326-432.
[6] Fubini, E.  La estética musical desde la antigüedad hasta el siglo XX. Madrid: Alianza Música. 2005. pp. 258-264
21 Ibid. pp.149-152.
* La Camerata Fiorentina fue una asociación de literatos, filósofos y músicos que vieron la necesidad de delimitar los efectos de la poesía y la música cuando actuaban de manera conjunta en la ópera. Precísamente se inspiraron en los relatos de los antiguos filósofos griegos en los cuales mencionaban la importancia de que la música estuviera ligada a la retórica. El resultado de este estudio interdisciplinario fue una profunda renovación del ideal que concebía la música como subordinada de la poesía al reunir las dos artes en un mutuo acuerdo, en el cual la música debía guardar cierta semejanza con los tonos del habla humana cuando quien habla está bajo la influencia de una emoción en concreto. Fue así como se originó el nuevo género musical de la época: el melodrama.

[8] Gadamer, H.-G.  Estética y hermenéutica. Madrid: Tecnos. 1996. pp 129-136.
[9] Redes, Divulgación y Cultura. Cuando el cerebro se emociona. Recuperado el 12 de Juio de 2014. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=HfmsSll5Zd0
[10] Miranda, Luna; Jone y; San Martín, Pza. Aproximación antropológica al uso terapéutico de la música en un grupo de mujeres embarazadas de Bilbao. Eusko Ikaskuntza – Sociedad de Estudios Vascos. 2011.
[11] Gómez Moreno, Pedro Pablo. El surrealismo pensamiento del objeto y construcción de mundo. Academia Superior de Artes de Bogotá (ASAB) ;; Universidad Distrital Francisco José de Caldas - Bogotá (Colombia). Edición: 1a ed. Editor: Bogotá Fondo de publicaciones Universidad Distrital Francisco José de Caldas 2004. p.90

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